EL PLAN ECONOMICO DE DILMA PREVE UN “CICLO DE EXPANSION” PARA 2015

Rodeado de colegas, algunos afines al oficialismo y otros que comulgan con la oposición, el funcionario prometió mantener la política industrial y de financiamiento de inversiones a través de instituciones bancarias estatales. Defendió también la continuidad del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) que lleva ya 30.000 millones de dólares invertidos en obras de infraestructura.

Abogó también por la permanencia de programas como el “Reintegra” que beneficia a los exportadores con devoluciones de impuestos. Y postuló una táctica “gradual” en la corrección de tres ítems clave de la macroeconomía: el tipo de cambio, las tasas de interés y el ajuste fiscal. “No comulgamos con estrategias de choque, como sostienen algunos de nuestros críticos” señaló.

Cuestionó, desde ese lugar, el plan enarbolado por Marina Silva, la gran opositora de Dilma Rousseff en la contienda del 5 de octubre próximo. En la visión del ministro, que deberá dejar el mando de la economía en enero próximo, si se impone el proyecto de la candidata del socialismo brasileño, basado en el más estricto ajuste fiscal, en la independencia total del Banco Central y en una política monetaria restrictiva, “Brasil entrará en una profunda recesión”.

Mantega reafirmó que el “objetivo es aumentar el empleo y la renta de la población. La política económica es un medio para alcanzar ese fin mayor”. Subordinado a esa meta, habrá en 2015 un aumento del superávit primario, pero sin recortes de gastos sociales, en educación, en salud y obras públicas. Prometió una inflación controlada (dentro de las metas que se establecen presupuestariamente año a año) y una flexibilidad monetaria que permita recomponer el crédito al consumo.

Admitió que éste había desparecido durante el primer semestre de este año, precisamente por cuenta del combate a la inflación que obligó al gobierno a una severa restricción monetaria. No lo dijo el ministro, pero un simple cálculo revela que fue ese el factor que desató el pesimismo entre los ciudadanos brasileños, lo que colocó en zona de peligro la reelección de Dilma.

En cuanto a la política cambiaria, Rousseff deberá mantener “las intervenciones del Banco Central para evitar la volatilidad”, lo que constituye una clara diferencia con el proyecto expuesto por los economistas de Marina Silva, para quienes el BC debe abandonar toda intervención en el cambio. Mántega hizo hincapié en las políticas de desarrollo, que tienen a las correcciones de la macroeconomía como “condición necesaria pero no suficiente”.

Para eso, sostuvo, será preciso proceder a una reforma tributaria parcial, que modifique los costos empresariales. Eso requerirá mantener las desgravaciones de las cargas sociales, la simplificación de los tributos para pequeñas empresas, y las correcciones de algunos impuestos brasileños clave, como el de circulación de mercaderías y servicios, publicó Clarín.

En cuanto a la industria, el funcionario defendió “la política de contenido local que por ejemplo resucitó al sector naval”. En ese contexto, sostuvo que será mantenido el programa de Sustentación de las Inversiones, que son líneas de crédito a tasas subsidiadas extendidas por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) y que garantizan la compra de máquinas “durante situaciones adversas”. (APFMercosur)


Fuente:  BRASILIA, 16 SEP (APFMercosur)